En la epoca aquella en que los hombres eran mas serios que ahora, Carlina Marulanda Plata se encontraba de amorios con Jesus Lottmann Gonzalez y acostumbraba recibir la visita de su enamorado todas las noches en la puerta de su casa.
Debido a que las visitas se prolongaban hasta altas horas de la noche, un dia Enrique decidio pasearse por la casa y que darse despierto hasta verle el final a la visita.
Los muchachos tenian, frente a la casa de visitas, un arbol frondoso que les cubria todo el rostro. Enrique, que se encontraba de caceria, recostado del lado interno que daba a la ventana, escuchaba todas las frases bonitas que se decian los enamorados, Jesus y Carlina, que, entre otras cosas, estaban en visperas de contraer matrimonio.
Para la epoca las mujeres se casaban aun siendo todavia señoritas. A la altura de las once de la noche, Jesus se estaba tomando unas cervezas y se sentia en temple.
Enrique, muy pendiente del negocio, escucho musitandole jesus a la novia:-Carlina mi amor, regalame una pruebita; nada mas la cabecita, mi amor, nada mas la cabecita. A lo que Enrique, desde la ventana, le advierte a su hija:-"¡cuidao, oite, ve que esa no tiene hombro!".
Enrique "puyalito" Marulanda Aaron, anecdotas Jose Ceferino Nieves
domingo, 24 de agosto de 2008
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